Alimentación para el refuerzo del sistema inmunitario frente al Covid-19

Dra. Pilar Esteban Delgado
·Médico especialista en Aparato Digestivo

·Diagnóstico y Prevención del Cáncer Digestivo
·Profesora asociada en Ciencias de la Salud
·Facultad de Medicina. Universidad de Murcia

 

https://nutripeople.org/

 Desde que el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara la pandemia por SARS-CoV-2, nuestro entorno social y económico esta siendo fuertemente tambaleado y ha puesto en jaque a nuestro sistema sanitario, siendo probablemente el mayor problema de salud pública al que esta sociedad se ha enfrentado.

La enfermedad COVID-19, denominada así por la OMC, presenta una sintomatología muy variada como fiebre, astenia (cansancio), mialgias (dolores musculares), disnea (dificultad para respirar), diarreas, nauseas, anosmia (falta de olfato), ageusia (falta de gusto) así como afecciones dermatológicas, oculares, hepáticas y pancreáticas.

Aproximadamente el 80% de los casos presentan formas leves o moderadas, un 15% precisan ingreso hospitalario y el 5% cuidados intensivos1. Afecta a todos los grupos de edad, pero se conocen varios factores de riesgo de peor pronostico como son la edad mayor a 65 años, sexo masculino, la obesidad, la diabetes mellitus, enfermedades cardiopulmonares, hipertensión arterial, y también se consideran factores de riesgo: nefropatía, hepatopatía, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer, cirugía, inmunodepresión, tabaquismo… entre otras.

 

Actualmente no tenemos un tratamiento especifico para COVID 19, pero las medidas de salud pública, el distanciamiento social, el uso de mascarilla y la higiene de manos han reducido la trasmisión de la enfermedad. Otro aspecto a valorar es el impacto que tienen los adecuados hábitos nutricionales en la prevención de enfermedades, sobre todo en poblaciones vulnerables y grupos de riesgo. En este sentido podríamos pensar que debido a la situación pandémica mundial y el estado de alarma sanitaria en la que actualmente vivimos, la sociedad ha optado por mejorar el autocuidado y ha mejorado las medidas higiénico dietéticas hacia una alimentación más saludable, pero desafortunadamente los datos publicados en múltiples medios de comunicación sobre los hábitos de consumo durante el confinamiento por COVID 19 no son nada alentadores y ponen de manifiesto un aumento del consumo de harinas, azucares refinados, productos de repostería, grasas saturadas, alcohol, cerveza…  que junto con la disminución de actividad física tiene un impacto muy negativo en salud y una tendencia al desarrollo de síndrome metabólico, alteración del metabolismo lipídico, resistencia a insulina y enfermedades crónicas cardiovasculares2,3 que a su vez, son factores de riesgo para COVID 19.

 

En España y según una encuesta realizada por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición durante el tiempo de confinamiento ha habido un aumento de peso de casi la mitad de los encuestados de unos 1- 3 kg de peso en mujeres y entre 2- 5 kg los varones, relacionado con la disminución del ejercicio físico y los cambios nutricionales. Este aumento de peso durante los 40 días de confinamiento es mayoritariamente debido a un aumento de grasa corporal.

 

Ahora más que nunca la sociedad debe tomar conciencia de la importancia que tiene la alimentación en la salud y es imprescindible mantener unas pautas de alimentación saludable tanto en población general como en colectivos vulnerables para mantener un peso adecuado y fortalecer el sistema inmunitario para mejorar la respuesta a la enfermedad y favoreciendo un curso más indolente.

El sistema inmunitario es un sistema regulador que participa en el mantenimiento de la salud y se compone de la respuesta inmune innata y adquirida, las cuales trabajan conjuntamente para generar la defensa más adecuada según la naturaleza del agente infeccioso. La enfermedad COVID 19 produce una alteración del sistema inmune innato y adquirido y la respuesta inflamatoria juega un papel crucial en la severidad de la enfermedad, desafortunadamente en algunos pacientes puede desarrollar una respuesta anómala con cuadro de inflamación denominada como “tormenta de citoquinas” permitiendo el desarrollo del síndrome de distrés respiratorio agudo y fallo multiorgánico. Durante la incubación del virus y el las fases iniciales de la enfermedad, es preciso una adecuada respuesta inmune adaptativa especifica para eliminar el virus y que no progrese a fases de la enfermedad más severas. Bajo esta perspectiva y entendiendo la alimentación como una estrategia para invertir en salud, ¿Que podemos hacer para mejorar nuestro estado nutricional? y¿ Cuales son los nutrientes y alimentos que mejoran nuestro sistema inmunitario?

Recientes estudios han destacado que la administración de nutrientes o suplementación de vitamina A, D, C, E, Zinc, Selenio y ácidos grasos omega-34 podrían tener un papel beneficioso en reducir la carga viral del SARS-CoV-2 y en la duración de la hospitalización5-8.

Estos nutrientes son conocidos por sus propiedades antioxidantes y los efectos inmunomoduladores. El déficit de dichos nutrientes podría producir una disfunción del sistema inmune y un aumento de la susceptibilidad a padecer enfermedades infecciosas9. Dietas con insuficientes niveles de vitaminas y minerales han sido observadas en pacientes de edad avanzada y en grupos de riesgo para padecer COVID 19 como hipertensos, diabéticos, enfermedades cardiopulmonares y enfermedades digestivas. Múltiples estudios10-13 confirman que mantener un adecuado estatus nutricional se asocia a mejor integridad del sistema inmunitario. Las Sociedades científicas nacionales e internacionales refuerzan y promueven la importancia que una dieta variada, con proporción adecuada de distintos nutrientes, diversificada, rica en nutrientes antioxidantes y refuerza los hábitos saludables y de higiene en la preparación alimentos durante la época de pandemia.

En este articulo vamos a revisar la capacidad inmunoestimuladora que tienen la vitamina A, D, C, E, Zinc, Selenio y ácidos grasos omega 3 y el potencial papel protector como medida no farmacológica y como estrategia preventiva y complementaria frente a COVID 19.

 

Vitamina A

La vitamina A es liposoluble y juega un importante papel en la regulación de la respuesta inmune innata y la inmunidad mediada por células. También tiene actividad en la inmunidad por anticuerpos humorales y en la respuesta inflamatoria mediada por citoquinas14. La vitamina A tiene especial relevancia en mantener la integridad del epitelio de mucosas y piel. El déficit de vitamina A podría aumentar la susceptibilidad de infecciones oculares, oftalmológicas y gastrointestinales15, su deficiencia se ha relacionado con la vulnerabilidad a otras enfermedades infecciosas como la malaria y cuadros diarreicos16 sobretodo en países subdesarrollados.

El déficit de Vitamina A se ha relacionado con un peor pronostico en enfermedades respiratorias por lo que niveles adecuados de vitamina A podrían tener un papel protector frente al COVID 195,17.

Entre los alimentos que contiene vitamina A destacamos: la leche, huevos, hígado, verduras y hortalizas de color naranja o verde (como boniatos, calabaza, zanahoria, col rizada) frutas de color naranja (como melocotón, albaricoque, mango, papaya).

Los suplementos con Vitamina A deben ser valorados por un médico especialista, en grupos vulnerables o con déficit nutricionales.

 

Vitamina D

La vitamina D es una vitamina liposoluble que ayuda al organismo a absorber Calcio necesario para la formación de huesos, precisa de la exposición solar y rayos ultravioletas para activarse a su metabolito activo. Durante los periodos de confinamiento donde tenemos menor exposición solar, se puede producir un déficit de vitamina D, también es frecuente en los colectivos de riesgo como pacientes edad avanzada, obesos, hipertensos, menopausia, embarazadas, lactantes…. Entre los beneficios de la vitamina D destaca la capacidad de disminuir el riesgo de infecciones por diversos mecanismos, que incluyen el de participar en la integridad de una barrera física y de las uniones intercelulares del epitelio y mejorar la inmunidad celular innata celular y la adaptativa18. Los niveles bajos de vitamina D se asocian a un aumento receptores proinflamatorios, además varios estudios recogidos en un reciente metanalisis19 demuestran que el déficit de vitamina D se asocia a un aumento de infecciones respiratorias, reagudización del EPOC, asma, fibrosis pulmonar y síndrome de distrés respiratorio20. El déficit de vitamina D se ha sugerido que puede empeorar la severidad de la infección por COVID 19 por lo que se ha hipotetizado que los suplementos con vitamina D podría plantearse como una estrategia terapéutica21, pero esta hipótesis precisar ser testada en humanos, por lo que se han registrado varios estudios de investigación que confirmen o desmientan esta hipótesis. Si se ha sugerido que unos niveles adecuados de vitamina D protege el epitelio respiratorio de la invasión de patógenos  y disminuiría el riesgo de infección, por lo que un consumo adecuado de productos alimenticios con aporte de vitamina D como yema de huevo, pescados grasos como el salmón, atún, sardinas y alimentos enriquecidos con vitamina D como la leche, la soja, zumos naturales y una exposición solar que nos mantenga en niveles adecuado de vitamina D, podría tener un papel protector frente a la infección.

Los suplementos con Vitamina D debes ser valorados por un médico especialista, en grupos vulnerables o con déficit nutricionales.

 

Vitamina C

 

La vitamina C o ácido ascórbico es una vitamina hidrosoluble que no puede ser sintetizada por los humanos y se obtiene a través de la alimentación. Tiene propiedades antioxidantes y protege biomoléculas como proteínas, lípidos y nucleótidos del daño oxidativo. Es bien conocido el papel protector de la vitamina C en enfermedades infecciosas22 fundamentalmente respiratorias por la disminución de citoquinas pro-inflamatorias. Varias publicaciones han estudiado la suplementación con Vitamina C en pacientes con COVID 1923 con riesgo de neumonía y sepsis grave24, con mejoría de síntomas, por lo que se han puesto en marcha diversos estudios de investigación para valorar el Vitamina C en pacientes con COVID 19.

La suplementación de vitamina C es una opción en pacientes con déficit nutricionales que tengan vulnerabilidad a padecer COVID 19 para prevenir la infección y mejorar la respuesta inmune25, que debe ser valorada por médicos. En población sana sin enfermedades crónicas la ingesta de alimentos con vitamina C, como frutas sobre todo cítricos, fresas, kiwis y en verduras y hortalizas como pimiento, pimentón, tomate, brócoli y espinacas, son una excelente opción para reforzar nuestras defensas.

 

Vitamina E

 

La vitamina E es una vitamina liposoluble y es conocida por su poder antioxidante incrementando el número de linfocitos T, mejorando la respuesta linfocítica y aumentando la resistencia a infecciones respiratorias26. La vitamina E también protege los ácidos grasos polinsaturados de las membranas celulares de la oxidación y

está presente en altas concentraciones en las células inmunes, la cual protege del daño del estrés oxidativo debido a su alta actividad metabólica. A pesar de este beneficio existen escasas publicaciones sobre los beneficios de Vitamina E en pacientes con COVID 19, pero igualmente parece coherente mantener una alimentación que favorezca niveles adecuados de Vitamina E como aceites vegetales, frutos secos como avellana, almendra, nueces y verduras de hoja verde, los aguacates, el germen de trigo, cereales integrales y aceites vegetales, son una excelente estrategia en salud.

 

Selenio

El Selenio es un mineral que varia su concentración en alimentos según las distintas áreas geográficas y tiene propiedades antioxidantes que se han relacionado con la protección ante enfermedades infecciosas27 por sus propiedades antivirales pudiendo prevenir la entrada de virus en células sanas por lo que se ha hipotetizado que pudiera ser útil en la prevención de la enfermedad COVID 1928. Un alimentación rica  en verduras, mariscos, carnes rojas, granos, huevo, pollo, hígado, ajo, levadura de cerveza y  germen de trigo, son buenas fuentes de obtención de Selenio.

 

Zinc

El Zinc es un mineral que se participa en múltiples procesos biológicos incluidos la inmunidad innata y adquirida en respuesta a enfermedades infecciosas. Varios estudios aleatorios controlados con estudios randomizados a doble ciego publican que el Zinc tiene beneficios antivirales y antinflamatorios en casos de resfriado común fundamentalmente causados por rinovirus29, los mecanismos implicados serían que interfiere con la conexión de rinovirus con nuestras células, retarda la replicación del rinovirus y aumentando nuestra inmunidad antiviral. Además, el déficit de Zinc puede producir alteraciones en la barrera del epitelio pulmonar. En cuanto a la relación de Zinc contra la COVID -19 hay poco publicado, pero en una revisión reciente30, los niveles bajos de Zinc se han asociado a factores de riesgo de COVID-19 como son el envejecimiento, la inmunodeficiencia, la obesidad, diabetes, arteriosclerosis ya que estos grupos de riesgo tienen habitualmente déficit de Zinc. Por lo tanto, se podría interpretar que en Zinc tiene un papel protector como terapia preventiva y adyuvante de COVID-1931 mediante la reducción de la inflamación, la modulación de la inmunidad antiviral y antibacteriana, sin embargo, todavía se necesitan mas estudios clínicos y experimentales. Algunos estudios de series cortas de pacientes apuntan que suplementos con Zinc pueden mejorar y disminuir los síntomas por COVID 19 por la inhibición de la unión y replicación celular. Pero igualmente tomar alimentos ricos en Zinc como las ostras, almejas, cangrejo, quesos, huevos, cangrejo, frutos secos como almendras, semillas de calabaza, carne de aves son una alternativa para mejorar nuestro sistema inmunitarios y antiviral.

 

Ácidos grasos poliinsaturados- Omega -3

El exceso de peso y sedentarismo se relacionan con un estado proinflamatorio y disregulación del sistema inmunitario. Las dietas con alto nivel de grasas insalubres inhiben el sistema inmune adaptativo. Múltiples estudios indican que los ácidos grasos saturados  pueden inducir inflamación y por el contrario los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, como el ácido eicosapentaenoico y el ácido docosahexaenoico ejercen acciones antiinflamatorias32 y refuerzan el sistema inmunitario. Algunos estudios sugieren que la administración de omega-3 en pacientes con COVID 19 mejora el estrés oxidativo y la inflamación de la membrana celular33.

Para obtener unos niveles adecuados de ácidos grasos omega- 3, se recomienda consumir pescado azul 2-3 veces por semana (salmón, caballa, sardina) o también se puede obtener de fuentes de aceites vegetales o semillas de lino.

 

Otros micronutrientes que deberían tenerse en cuenta para la prevención de enfermedades infecciosas son el magnesio, las vitaminas del complejo B y otros antioxidantes como carotenos y polifenoles que también podrían tener un papel protector frente a COVID 19. Tampoco podemos olvidarnos de importantísimo papel que tiene la flora bacteria intestinal como barrera de protección y modulación de la respuesta inmunológica frente a las enfermedades.

 

 No existe una solución rápida para estimular su sistema inmunológico en tiempo record, es una cuestión de constancia y adquirir buenos hábitos de salud donde la nutrición juega un papel principal, integrar como estilo de vida una dieta sana y equilibrada promueve el buen funcionamiento inmunológico y mejora la respuesta a enfermedades infecciosas. El consejo nutricional es clave es este momento y existen múltiples estudios de investigación sobre el papel de la nutrición antioxidante e inmunonutrición para conseguir que nuestro sistema inmune funcione adecuadamente. El consejo nutricional avalado por la comunidad científica es comer una dieta mediterránea sana y equilibrada, con especial énfasis de consumo de frutas y verduras variadas que incluye 5 porciones al día, consumir legumbres, aceite de oliva, frutos secos que son buenas fuentes de proteínas, hierro, calcio y nutrientes con propiedades antioxidantes como vitamina A, vitamina C, vitamina E, carotenos, polifenoles, zinc, selenio (ver tablas 1, 2, y 3 de composición de vitamina y minerales). Los hidratos de carbono con almidón (pan, pasta, arroz, cereales) también forman parte de una dieta sana y equilibrada, estos son alimentos energéticos, por lo que, si disminuimos la actividad física durante periodos de confinamiento, sería útil cuidar la proporción de hidratos de carbono para mantener nuestro peso. Asegurarse de beber mucho líquido también es importante, deberíamos apuntar a 1.5-2L al día y disminuir el consumo de alcohol y tabaco también es bueno para el cuerpo y la mente.

 

Ahora más que nunca, existe un mayor acceso a alimentos saludables que deben ser una prioridad. La población debe tener en cuenta los hábitos alimenticios para reducir la susceptibilidad y las complicaciones a largo plazo de COVID19. No es tiempo para tener pánico, si no para tomar medidas que te protejan a ti y a tu entorno.

 

El impacto psicológico que el confinamiento y la pandemia por COVID 19 está generando en la población general es muy alto, y en este sentido una de las encuestas realizada por Ipsos34  revela datos preocupantes sobre el impacto del aislamiento o el distanciamiento social generadas por la pandemia. Según datos extraidos de los encuestados en España, ¿ Como está impactando el COVID 19 en las personas? El 25% refieren insominio, 25% ansiedad, 10% depresión, 23% aumento de la ingesta y el 29% disminución de la actividad física.  De estos datos se desprenden que la falta de ejercicio, la ansiedad y el exceso de comida encabezan la lista de los principales efectos negativos en salud que está generando la pandemia por COVID 19.

En el aspecto psicológico, la alimentación también ha demostrado tener un impacto positivo mejorando el estado de anímico y en el desarrollo de enfermedades mentales. La evidencia de papel de la nutrición en la salud mental está firmemente documentada35, 36 y el déficit de nutrientes como de Vitamina B12 y folatos se han relacionado con perdida de memoria, disfunción mental, depresión e irritabilidad.  El consumo de alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, Beta carotenos, vitamina C, Vitamina E, hierro, zinc, selenio, vitamina B12, fólico y una microbiota sana37 se han relacionado con mejoras en las funciones cognitivas, y prevención de enfermedades neurológicas como demencias y enfermedad de Alzheimer38,39.

Estudios experimentales preclínicos sugieren que los probióticos pueden ayudar a reducir la ansiedad40,41, aunque dichos hallazgos no han sido demostrados en humanos, y son necesaria más investigaciones este campo para conocer el efecto de los probióticos en las enfermedades mentales42.

 

En personas sanas,  que mantengan dieta variada y equilibrada no es necesaria añadir suplementos nutricionales, pero en poblaciones vulnerables o con factores de riesgo debe valorarse por médicos especialistas la indicación de incrementar la ingesta de nutrientes a través de modificaciones nutricionales en la dieta habitual que contengan  alimentos ricos en ácidos grasos polinsaturados como omega -3,  Vitamina A, Vitamina D, vitamina E, vitamina C, Vitaminas del complejo B particularmente B2, B3 y B6 y minerales como Cobre, Zinc, hierro y selenio. Como hemos descrito se ha observado que estos micronutrientes mejoran la inmunidad especifica, que se encarga de generar los anticuerpos para vencer las enfermedades infecciosas.

Actualmente existen múltiples estudios de investigación en marcha para definir el papel protector o terapéutico de las medidas nutricionales en el COVID 19, pero sin duda alguna, estas recomendaciones tienen sentido para mejorar la respuesta de nuestro sistema inmune y la salud de la población antes, durante y después de la infección por COVID-19.

Cabe destacar la importancia de reconocer las deficiencias nutricionales en la población que enfrentan la pandemia y en los grupos vulnerables, para que se puedan tomar medidas especializadas para controlar los déficits de vitaminas y minerales séricos, pero recuerda que la indicación de administrar suplementos nutricionales deben ser supervisados por médicos y personal sanitario especializado, ya que el exceso de vitaminas y minerales en la dieta también puede tener repercusiones negativas en salud, “en el equilibrio está la virtud”.

 

RECOMENDACIONES GENERALES

 

 

VITAMINAS HIDROSOLUBLES FUENTES DE ALIMENTOS FUNCIONES
Vitamina C (o ácido ascórbico) Frutas sobre todo cítricos, fresas, kiwis y en verduras y hortalizas como pimiento, pimentón, tomate, brócoli y espinacas Acción antioxidante

Resistencia a las infecciones

Favorece la absorción de Hierro

Ácido fólico Verduras de hoja verde, espárragos, zumo de naranja cereales, legumbres, carne Formación de ADN y ARN

Formación y maduración de glóbulos rojos y blancos

Vitamina B1 (tiamina) Cereales integrales como pan, pastas, verduras, hortalizas, soja, legumbres, carne de cerdo, huevos y leche Interviene en el metabolismo de macronutrientes

Mantenimiento del sistema nervioso

Vitamina B2 (riboflavina) La encuentras en carnes, huevos, leche, cereales integrales, legumbres como los guisantes y lentejas, hortalizas, frutos secos Formación de anticuerpos y glóbulos rojos

Metabolismo de macronutrientes

Vitamina B12 (cianocobalamina) Pescados, carnes rojas, leche, queso, huevos Funcionalidad de células nerviosas y mielina

Formación y maduración de hematíes

Vitamina B6 (piridoxina) Patatas, plátanos, judías, semillas y frutos secos, ternera, cordero, hígado de pescado, mariscos, yema de huevo Participa en la formación de glóbulos rojos

Mejora la función cerebral y en la síntesis de trasmisores nerviosos

 

 

VITAMINAS LIPOSOLUBLES FUENTES DE ALIMENTOS FUNCIONES
Vitamina A Leche, huevos, hígado, verduras y hortalizas de color naranja oscuro o verde (como boniatos, calabaza, zanahoria, col rizada) frutas de color naranja (como melocotón, albaricoque, mango, papaya) Mantenimiento de tejidos

Mejora visión nocturna

Resistencia a las infecciones

Desarrollo del sistema nerviosos

Vitamina D El cuerpo la fabrica cuando se expone a la luz solar. También puede tomarse vitamina D procedente de yema de huevo, pescados grasos como el salmón, atún, sardinas y alimentos enriquecidos con esta vitamina como la leche, la soja, zumos naturales Crecimiento óseo

Absorción y utilización del calcio

Inmunomoduladora

Vitamina E (tocoferol) La encuentras en aceites vegetales, frutos secos como avellana, almendra, nueces y verduras de hoja verde. Los aguacates, el germen de trigo, cereales integrales y aceites vegetales. Acción antioxidante

Prevención de hemolisis

Mantenimiento de fertilidad

Vitamina K Verduras de hoja verde, fruta, cereales, hígado Ayuda a la síntesis de elementos para la coagulación

 

Tabla 1 y 2. Vitaminas hidrosolubles y liposolubles donde se detallan principales fuentes de alimentación y funciones vitales más representativas.

 

 

MINERALES FUENTES DE ALIMENTOS FUNCIONES
ZINC Ostras, almejas, cangrejo, quesos, carne de ave, levadura cerveza, frutos secos, espinacas, lechuga, hígado, semillas de calabaza Refuerzo sistema inmunitario

Cicatrización de heridas

Metabolismos de carbohidratos

SELENIO Verduras (según el contenido de selenio del suelo), mariscos, carnes rojas, granos, huevo, pollo, hígado, ajo, levadura de cerveza, germen de trigo Antioxidante

Prevención del daño celular

 

CALCIO Leche y derivados.

En menor proporción y con menor capacidad de absorción. Verduras, frutos secos y legumbres.

Pescado pequeño ingerido entero con espinas.

Formación y mantenimiento de la estructura ósea

Coagulación de la sangre

Contracción muscular

Impulsos nerviosos

FLUOR Agua potable, pescado, marisco, té, café, verduras y hortalizas (según el contenido de flúor del suelo) Reduce la incidencia de caries dental
FOSFORO Carnes, pescados, leche, legumbres y frutos secos Estructura ósea

Formación de ATP (energía)

HIERRO Hígado, carnes rojas, yema de huevo, mariscos, legumbres, pescados Hemoglobina
MAGNESIO Verduras, hortalizas, legumbres, carne Activador enzimático

Impulsos nerviosos

POTASIO Frutas, verduras, frutos secos, legumbres Transmisión y generación de impulsos nerviosos
YODO Alimentos del mar y de aguas ricas en yodo

Sal yodada

Función tiroidea

Tabla 3. Principales minerales donde se detallan principales fuentes de alimentación y funciones vitales más representativas.

 

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